Las personas mayores son un colectivo especialmente sensible, han pasado ya por diferentes etapas a lo largo de su vida y en la vejez se disponen a disfrutar del ansiado y merecido retiro. Algunas personas pueden verse algo solas, desamparada o incluso tristes, dado que ciertos sentimientos pueden aflorar en esta última etapa de la vida. En la Clínica Médica Dinan contamos con un servicio de psicología Gerontológica y trabajamos a diario con personas mayores y sus familiares. Ayudando a mejorar su calidad de vida.
Hoy queremos ofrecer una serie de recomendaciones para que las personas vivan más plenamente su vejez, haciendo hincapié en los controles médicos y de salud más esenciales y en cómo mantenerse activo y feliz.
Consejos para cuidar la salud mental en la vejez y mantenerse activo
La vejez puede ser una nueva oportunidad de vivir para nosotros mismos y aprender cosas nuevas. Nunca es tarde para estudiar aquello que nos apasiona, aprender una nueva afición o habilidad… La vejez puede ser un tiempo jubiloso de reuniones con amigos y familiares, viajes y tiempo para uno mismo.
Una buena opción es adoptar a un animal de compañía, como un perro o un gato. Animales que obligan a seguir ciertas rutinas como salir a la calle a pasear, preocuparse de las tareas de cuidado y alimentación… Todo ello ayudará a las personas mayores que viven solar a no sentirse tan solas al llegar a casa.
También es importante cuidar las relaciones sociales y no aislarse. Siempre es posible conocer a gente nueva en clubs de jubilados, salones de baile, clases de Pilates… a partir de ahí se pueden iniciar amistades. Y también se pueden cuidar las antiguas, aunque estén lejos, las redes sociales o las videollamadas pueden ayudar a ello. Mantenerse activo está demostrado que ayudara a disminuir el deterioro mental en las personas de mayor edad.
Recomendaciones para cuidar la salud física en la tercera edad
La salud física es tan importante como la salud mental, pues una buena salud física nos ayuda a estar más felices. Para cuidar de nuestra salud en la vejez es importante prestar atención a dos puntos: la alimentación y el ejercicio físico. Por una parte, debemos alimentarnos bien y cambiar ciertos hábitos que puedan ser nocivos. Debemos tener en cuenta que al jubilarnos nuestro ritmo de actividad física suele disminuir porque ya no trabajamos y no tenemos exigencias físicas. Por ello tampoco podemos seguir con la misma dieta que teníamos cuando trabajábamos 8 horas seguidas. Debemos tener cierto cuidado y establecer ciertos hábitos para evitar ganar peso.
Por otra parte, también puede darse la situación de que las ganas de comer o cocinar disminuyan, especialmente si se pasa a vivir solo o si la familia vive lejos. Para ello pueden buscarse soluciones alternativas como establecer turnos de cocina con amigos, de tal forma que cada día cocine uno… O estableciendo planes para cocinar solo un par de días a la semana. De cualquier modo, es importante tener en cuenta que tenemos que comer:
- Pescado azul como el salmón, la caballa o el atún. Este tipo de pescados ayudan a reducir el riesgo de tener enfermedades relacionadas con el corazón.
- Tomar alimentos ricos en calcio para cuidar de nuestros huesos y dientes. El calcio suele estar presente en alimentos como los lácteos, pero también en pescados y en sus espinas. Aquellos que son pequeños y de los cuales podemos consumir sus espinas.
- Comer 5 raciones de fruta o verdura al día para tomar la cantidad de minerales y vitaminas necesarias.
- Consumir menos grasas saturadas y apostar por el aceite de oliva frente a otras grasas para cocinar.
Otros hábitos dañinos como el consumo de alcohol o tabaco deberían abandonarnos en esta etapa. El tabaco debe dejarse por completo porque es malo para nuestra salud, no importa la edad que se tenga porque nunca es tarde para dejarlo. En cuanto al alcohol debe moderarse y no aumentar debido a la jubilación.
El deporte o ejercicio físico en la tercera edad
Realizar deporte es importante durante toda la vida, de hecho, se ha demostrado que las personas con 60 años que han realizado deporte durante toda su vida pueden retener mayor cantidad de energía que aquellas que no han practicado deporte nunca. Aún así, aquellas personas que nunca han hecho deporte también pueden revertir ciertos signos de envejecimiento o prevenirlos. En la tercera edad es mejor optar por deportes de bajo impacto, pues no dañarán tanto nuestra articulaciones y músculos. Así como añadir ciertos cambios en nuestras rutinas como, por ejemplo:
- Utilizar las escaleras en lugar del ascensor. Aunque solo sea parcialmente, haciendo el recorrido entre el ascensor y las escaleras si se vive en pisos muy altos.
- Bajar una parada antes en el autobús y caminar la distancia restante para moverse.
- Adopta hábitos y rutinas para caminar todos los días, una buena opción es obligarse con una mascota. Caminar tiene muchos beneficios para la salud.
- Realizar actividades de bajo impacto como: baile de salón, natación, Yoga, Tai Chi o Pilates.
Los hábitos de sueño y las revisiones médicas
El sueño también cambiará con la vejez. Nuestra mente estará menos ocupada, tendremos menos actividad física y es posible que durante la noche nos cueste conciliar el sueño. Además de intentar seguir los consejos que hemos mencionado sobre la alimentación y el deporte es importante también que durante el día evitemos la cama o el sofá en exceso. Si dormimos siestas largas durante el día esto hará que durante la noche durmamos mucho peor. Sería positivo buscar actividades que nos obligasen a madrugar y que nos ofreciesen cierta actividad física, así dormiríamos mejor durante la noche.
Por último, per no por ello menos importante, cabe mencionar la importancia de las revisiones médicas. Las mujeres deben particularmente vigiar su salud con mamografías y los hombres con análisis de laboratorio para la próstata. Además, es importante que se realicen revisiones anuales o semestrales en las que se controle la salud arterial, bultos o lunares en la piel, problemas de visión… Existe la posibilidad de que aparezcan cataratas o glaucomas con la edad. Y también debemos vigilar la salud bucal para cuidar de nuestros dientes o realizar implantes si hemos perdido alguna pieza. En definitiva, vigila:
- La salud bucal. Pérdida de densidad ósea, gingivitis, caries, dentaduras postizas…
- La salud visual. Glaucomas, vista cansada, sequedad ocular…
- La salud cardiovascular y la presión arterial.
- La salud mental. Depresiones, problemas cognitivos, pérdidas de memoria…
- Los cambios en la piel. Lunares, bultos, manchas…
- Problemas específicos que pueden derivar en cáncer de mama o de próstata. Nuestros expertos en urología y ginecología podrán asesorarte mejor.
¿Cómo podemos mejorar la calidad de vida de las personas mayores si somos familiares?
Desde el punto de vista de una persona con un familiar mayor o jubilado podemos contribuir también a que tenga una mejor calidad de vida. Un aspecto importante es la compañía, si tenemos posibilidad no debemos descuidar nuestra relación con estas personas. Aunque vivamos en viviendas separadas podemos establecer un día a la semana en el que venga a comer a nuestra casa, una tarde para dar un paseo juntos… es importante no abandonarlos.
Si vivimos lejos las llamadas telefónicas serán una gran alegría para estas personas. En esas llamadas es importante hablar sobre temas alegres o contar cómo nos ha ido el día. Es posible que nosotros tengamos más novedades que esa persona porque estamos más activos, así que debemos tratar de alegrar sus días contando nuestras jornadas. No podemos olvidar que la depresión es muy común en la vejez.
Además, como familiares de una persona mayor tendremos bastante capacidad de ejercer presión sobre ellos, podemos animarlos a acudir a talleres, cursos o actividades. O incluso apuntarlos para motivarlos a ir. Por último, si percibimos que su salud cognitiva está en peligro debemos acudir a especialistas en psicología gerontológica para cuidar de su bienestar.